El corintio es uno de los tres órdenes arquitectónicos clásicos. En él se fusionan arquitectura y vegetación, dos mundos aparentemente contrapuestos que, sin embargo, son la base de un jardín. A este capitel corintio le debemos el nombre de nuestro estudio: Corinto Paisajismo.

El entorno, la orientación, la arquitectura, la personalidad y forma de vida de quien va a habitarlo y, por supuesto, lo que nos transmita ese espacio -el genius loci: el espíritu del lugar son los puntos de partida para empezar a diseñar un jardín.

Nos inspiramos en elementos clásicos y en la tradición del jardín hispanomusulmán -tan español- pero con la mirada puesta en el siglo XXI. De esta manera, lo clásico y lo contemporáneo conviven generando espacios atemporales, equilibrados y eclécticos, sin artificios. Teniendo siempre muy presente la propia naturaleza, que se funde con la arquitectura en una búsqueda constante de la belleza. Así, materiales naturales como la piedra, el barro, el hierro o la madera son nuestras herramientas para generar la estructura formal del jardín, que iremos vistiendo con la vegetación, seleccionada cuidadosamente entre especies autóctonas o adaptadas a un clima cada vez más exigente y a unos recursos naturales cada vez más limitados.

Hace tiempo leímos una definición con la que nos sentimos muy identificados: “el jardín es el lugar donde se humaniza el paisaje a través del arte”. A nosotros nos gusta, nos inspira y disfrutamos del arte en todas sus facetas, la arquitectura y el diseño e intentamos reflejarlo en cada uno de nuestros jardines para que sean únicos.